
_ 5 flores de haba(*) desecadas y pulverizadas
_ 1 hueso de rodilla de una persona difunta, o en su defecto 1 de cerdo (jamon)
_ 2 chorizos pequeños picantes
_ 1 trozo de panceta
_ 1 guindilla
_ 1 hoja de laurel
_ Pimentón dulce
nota a pie: todo practica malefica se acompaña de un ritual (que omito por motivos eticos), tan solo aportare a esta receta el canto a Hecate.
“Ven junto a mi, Oh amada señora, Selene de tres rostros, y escucha con benignidad mis ensalmos. Adorno de la noche, joven, luz para los mortales, hija de la mañana, reina que te sientas sobre toros de relucientes ojos, que cabalgas en tu carro un recorrido semejante al de Helios, tu que danzas con el coro de los astros con la triple forma de las tres Gracias; Dique y urdimbre de las Moiras, Cloto, Láquesis y Átropos; la de los tres rostros, Persfone, Meira y Alecto; polimorfa, que armas tus oscuras manos con antorchas terribles; que agitas una cabellera de terrible serpientes en tu rostro, que sueltas por tus bocas mugidos de toro; con el vientre cubierto de escamas de reptiles, y en los hombros flecos venenosos de serpientes, con la espalda oprimida por ligaduras de venganza; que gritas en la noche, cara de toro, amante de la soledad, cabeza de toro; tu aspecto es de toro, tienes voz de cachorro y en tus piernas ocultas formas de leones; tu tobillo es igual al de los lobos, y amas a los perros de furor salvaje: por eso te llaman Hecate de muchos nombres, Mene, que cortas el aire como Artemis lanzadora de flechas, diosa de cuatro rostros, de cuatro nombres, de cuatro caminos, Artemis, Persfone, cazadora de ciervos; que apareces en la noche, de triple resonancia, de triple voz, de tres cabezas, Mene de tres nombres, Trinacia de tres rostros, de tres gargantas y tres caminos; tu que en tres cestos llevas el fuego incansable de la llama; que te cuidas de las encrucijadas y reinas en las tres décadas. Séme propicia a ti que te invoco y escúchame con benevolencia; tu que atiendes en la noche al extenso universo y ante quien los démonos se estremecen y los inmortales tiemblan; diosa ilustre, de muchos nombres, de hermoso linaje, tauriforme, astada, creadora de dioses y hombres y Naturaleza, madre de todo. Pues tú paseas por el Olimpo, y recorres el abismo profundo, ilimitado. Eres principio y fin, y tu sola reinas sobre todas las cosas, pues de ti proviene todo, y en ti culmina todo. Llevas sobre tus sienes una diadema eterna, sostienes entre tus manos las cadenas indestructibles, indisolubles del gran Cronos, y un áureo cetro. El propio Cronos grabó alrededor de tu cetro unos caracteres, y te lo dio para que lo lleves, para que permanezca todo firmemente. Dominadora, Dominadora de Hombres, Dominadora del que Domina. Tú te cuidas del Caos araracharara phthisikere.
Te saludo Diosa, y atiende a tus advocaciones. Quemo en tu honor este aroma, hija de Zeus, disparadora de dardos, celestial, diosa de las lagunas, vagabunda, montaraz, y caminera, infernal y nocturna, del Hades y sombría, mansa y terrible, que celebras tus festines en las tumbas, Noche, Erebo y caos anchuroso. Pues tu eres la inevitable Necesidad y la Moira por naturaleza; tu Erinis, Tormento, Destructora, Justicia tu. Tienes a Cerbero encadenado, tú, oscura de escamas con serpientes, ensortijada con serpientes; bebedora de sangre, portadora de muerte, origen de ruina, que te alimentas de corazones, devoradora de carne humana, que golpeas las tumbas y que comes a los que mueren prematuramente; tú que empujas a la locura, ven a mis ofrendas olorosas, y hazme esta práctica.”