
Miercoles. Cinco de la tarde.
Cuento las horas para que llegue la noche, y entrar de nuevo en el abismo.
Cuantas mas vivencias menos ganas tengo de escribir. A mi pluma nunca le ha sentado bien el amor, la vuelve perezosa, pierde swing. Lo curioso es que cada vez las experiencias a contar son mas y mas interesantes. Me da un poco de rabia que se vayan quedando en el tintero pero es lo que esta sucediendo.
Quiero volver a la historia, desde el principio, desde el primer dia en la libreria cuando revisaba aquellas recetas de resposteria griega, y el diablo aparecio de la nada.