
Se sirve caliente en bol japones, decorado con crema de leche fresca montada, a la que se le agrega una pizca de te verde.
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Cuenta la historia que en aquel pasado
que se cotizan muy bien entre los jovenes goblin que gustan de ir a la moda. Aunque no solo ranas puedes vender en un mercado goblin, tambien coronas de alambre con plumas de cuervo, o ratones blancos que ellos doman para usarlos como cabalgaduras (una vez consegui vender una rata enorme a un jefe goblin, y se que la usaron durante algun tiempo a modo de autobus para los chiquillos, esto me lo dijo un joven druida que habia sido secuestrado y criado por los goblins y que finalmente escapo retornado a su pueblo con su verdadera familia). 

No sabría decir por qué algunas cosas me producen
Una sensación de maravillas inexploradas por venir,
O de grieta en el muro del horizonte
Que se abre a mundos donde sólo los dioses pueden vivir.
Es una expectación vaga, sin aliento,
Como de grandes pompas antiguas que recuerdo a medias,
O de aventuras salvajes, incorpóreas,
Plenas de éxtasis y libres como un ensueño.
La encuentro en puestas de sol y en extrañas agujas urbanas,
En viejos pueblos y bosques y cañadas brumosas,
En los vientos del Sur, en el mar, en collados y ciudades iluminadas,
En viejos jardines, en canciones entreoídas y en los fuegos de la luna.
Pero aunque sólo por su encanto vale la pena vivir la vida
Nadie alcanza ni adivina el don que insinúa.
CONTINUIDAD
Hay en algunas cosas antiguas una huella
De una esencia vaga... más que un peso o una forma,
Un éter sutil, indeterminado,
Pero ligado a todas las leyes del tiempo y el espacio.
Un signo tenue y velado de continuidades
Que los ojos exteriores no llegan a descubrir;
De dimensiones encerradas que albergan los años idos,
Y fuera del alcance, salvo para llaves ocultas.
Me conmueve sobre todo cuando los rayos oblicuos del sol poniente
Iluminan viejas granjas en la ladera de una colina,
Y pintan de vida las formas que permanecen inmóviles
Desde hace siglos, menos quiméricas que todo esto que conocemos.
Bajo esa luz extraña siento que no estoy lejos
De la masa inmutable cuyos lados son las edades.
_ Howard P. Lovecraft _


Primero que nada daros las gracias con un premio que hemos creado entre mi buen amigo el profesor H. y yo. Se trata del "Award Doublescroll", a aquellos blogs que por su contenido, su estetica y por la personalidad del autor, apetece visitar una y otra vez, por eso este premio tiene forma de V de Visita. Este premio se enviara por e-mail a todos los blogs que estan en mis favoritos.
Hace muchos años, siendo adolescentes, mi querida amiga Malena (que en paz descanse) y yo acostumbrabamos a dar largos paseos por las afueras del pueblecito donde viviamos. Nos gustaba especialmente un paraje entre huertos conocido como "La Ermita de la Voz". El sitio era extraordinario: una enorme casa solariega, propiedad de una orden de religiosas, que la habian heredado de una viuda adinerada. El edificio, de tres plantas, era completamente cuadrado, y a la entrada tenia un gran porche donde se conservaban tiestos de terracota pintados en colores y decoloridos ya por el tiempo. A un lado del edificio habia una pequeña construccion donde se habia ubicado la ermita que le daba nombre, y cuya leyenda era un tanto difusa y rocambolesca: no se sabe porque, ni a quien, ni cuando, en un momento dado se manifeto una voz misteriosa en aquel pequeño templo. Tambien se desconoce a que santo o santa estaba dedicado el templo, de lo que se deduce que la leyenda viene de muy antiguo.
En el dia de Jupiter,
con la Luna Llena transitando por Piscis,
y con Saturno a +04° 34' 26.9"
...a la hora bruja.
CLsT