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martes, 22 de octubre de 2013

Hablemos de falos y vacas bifrontes


Esta estatuilla de bronce de la diosa Hecate es una talla romana, datada entre el 50 al 200 a.C. Mide 17 cm. Esta expuesta en el Museo de Arte de Boston, y que, sabiendo de mi aficion por este tipo de piezas, me la trae a estudio mi querida amiga, hija y hermana Laura Ramón. 

No se si hay datos sobre este peculiar artefacto magico en la red (que seguramente habra sido adquirido por la entidad en el mercado de antiguedades, o de alguna coleccion privada), en el museo no los hay (si alguien dispone de ellos, se agradece si los aporta), pero a simple vista se observa en primer lugar que es una figura votiva, que lleva a modo de copete un pequeño recipiente similar al cestillo modius con que se representa a Serapis, que seria de uso como quemador de aceites, hierbas o inciensos.

Aunque en las fotos no se ven, se entiende que no es una clasica trivia puesto que tiene cuatro caras. Y sabemos que tiene cuatro caras ya que dicho copete tiene a un lado una media luna, en el contrario conserva un trozo del soporte que tendria otra media luna, y en los otros dos aparecen dos estrellas de ocho puntas, con lo que el artesano (en su estilo helenistico) no solo ha querido representar a una diosa estrictamente lunar en las cuatro fases, sino tambien a una diosa cosmica y sincretica, concretamente a la bifronte Bat egipcia, la diosa vaca, a menudo coronoda por estrellas en cuernos, frente y orejas. Este es un dato importante porque es el nexo por el cual podemos asociar a Hecate con el Bafomet templario, que los inquisidores convirtieron en la asatanada cabra de Mendes, cuando muy probablemente el culto fuese a la vaca bifronte. (*)

En una de las manos porta un falo. Se deduce por la postura de las manos que a la estatuilla le faltan siete falos mas, lo que nos daria una rueda falica (y esto si que seria interesante estudiar). En Roma se solian hacer figuritas con falos para atraer la buena suerte, pero especialmente para evitar el mal de ojo, que se colgaban en lugares publicos con el fin de que los transeuntes pudieran tocarlas. Y aunque se pude pensar en un artilugio propiciatorio a la fertilidad, o la buena suerte (que tambien es otra cualidad falica votiva... ea!) a mi no me cabe duda de que es ante todo un objeto magico diseñado para proteccion, y que haria las delicias magicas de cualquier bruja moderna.

nota: Querida Laura, si lo ves conveniente imprime esto y se lo pegas con un chicle en el cristal de la hornacina del museo, a ver si se acostumbran a poner algo mas de info sobre las piezas que se exponen al publico, que es que no tienen otro cometido que ese: informar.

Deseando ver las fotos de esa Juno de cuatro metros, te dejo un beso. 
Gracias por confiar en mi criterio. 

(*) Aclaracion en los comentarios de la entrada.

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